- Más de 70 profesores de la zona noroeste de La Salle se dieron cita para celebrar una nueva jornada del programa de formación inicial docente.
- El lugar elegido para esta ocasión fue el Colegio Nuestra Señora de Lourdes, en Valladolid.
- La temática central del encuentro giró en torno a la acción tutorial en la escuela La Salle.
El pasado 23 de febrero, un aire fresco de entusiasmo y expectativa llenó los pasillos del Colegio Nuestra Señora de Valladolid, acogiendo a la promoción de profesores nuevos que forman partel del programa de formación inicial que propone la red de centros.
Los temas a tratar durante esta jornada abarcaron aspectos cruciales de la vida académica y personal dentro del contexto lasaliano. Entre ellos, destacaban la Guía de las Escuelas Cristianas y el rol del tutor lasaliano, piezas fundamentales en el engranaje educativo de la comunidad educativa. Los asistentes participaron de un minucioso análisis de la labor tutorial, resaltando la importancia de establecer relaciones significativas con los alumnos, no solo en el ámbito académico, sino también en el desarrollo integral de su persona.
Las buenas prácticas como tutores fueron el centro de atención, donde los profesores recién llegados tuvieron la oportunidad de compartir experiencias y desafíos en la orientación y acompañamiento de sus estudiantes. El intercambio de ideas y la reflexión conjunta enriquecieron el clima formativo, consolidando un ambiente de aprendizaje colaborativo entre docentes.
El momento cumbre de la jornada fue el testimonio vivencial de un grupo de alumnos, familias y profesores de los centros de La Salle Valladolid y Nuestra Señora de Lourdes, que compartieron con sinceridad y emotividad la importancia transformadora de la tutoría en La Salle. A través de estos relato, se evidenció cómo el acompañamiento personalizado y el compromiso de los tutores no solo impactan en el rendimiento académico, sino que también moldean el carácter y la vocación de cada estudiante.
Las palabras resonantes de los participantes dejaron una huella imborrable en la retina de los nuevos profesores, recordándoles el poder transformador de su labor educativa y el privilegio de formar parte de una comunidad comprometida con el desarrollo integral de cada individuo.