Desde hace dos largas semanas, tenemos la evidencia de que el mundo, nuestro mundo, al que estábamos acostumbrados, se ha trasformado. Ha cambiado la manera de relacionarnos, ha cambiado el espacio físico en el que nos movemos, ha cambiado nuestra mirada sobre lo que nos rodea, han cambiado nuestras prioridades. Lo que antes dábamos por …
Desde hace dos largas semanas, tenemos la evidencia de que el mundo, nuestro mundo, al que estábamos acostumbrados, se ha trasformado. Ha cambiado la manera de relacionarnos, ha cambiado el espacio físico en el que nos movemos, ha cambiado nuestra mirada sobre lo que nos rodea, han cambiado nuestras prioridades. Lo que antes dábamos por supuesto, hoy necesita decirse, y lo que agradecíamos en silencio, hoy necesitamos expresarlo, aplaudirlo y reconocerlo.
Tú, que trabajas como educador, personal de administración y servicios, técnico informático… en cualquiera de nuestras obras educativas, tú, que como familia has elegido La Salle para la formación y el crecimiento de tus hijos, tú que, como alumno, llenas cada día nuestras aulas y das sentido a nuestra labor, tú haces La Salle y eres parte de la comunidad que ha permitido que este gran proyecto siga vivo más de trescientos años, y sin ti, tu esfuerzo, tu compromiso, tu generosidad, tu innovación, tu entrega, tu tiempo, tu implicación, tu confianza, tu respeto y tu actitud positiva ni ayer, ni hoy, sería posible.
En este tiempo que conlleva unos desafíos a los que no estábamos acostumbrados, en que nos enfrentamos a unas dificultades desconocidas como educadores en el colegio o en casa, has seguido demostrando que en La Salle las personas son lo importante, el centro de nuestra misión y, haciendo más tuyo que nunca el lema deeste curso, has imaginado una nueva forma de hacer lo que mejor sabes: ser el guía de tus alumnos ahora que más que nunca necesitan que les tiendas la mano para poder seguir aprendiendo y formándose en un contexto nuevo; ser quien gestione nuestro centro aunque sea en la distancia; ser quien comparta este aprendizaje con
tus hijos y les anime a seguir luchando por sus sueños; ser quien esté al otro lado y se esfuerce para alcanzar la meta, sintiéndose protagonista y siempre acompañado por quienes ven en ti el futuro.
Por eso, queremos darte las gracias. Gracias por levantarte cada mañana en este nuevo mundo y vestirte con tu mejor sonrisa para desde tu casa preparar, proponer, responder, hacer, conectarte y permitir que continúe la actividad educativa. Gracias por compartir iniciativas, por poner en marcha proyectos, por ser paciente, por dar tus mejores recomendaciones, por participar y por animar a que todos participen. Gracias por hacerlo fácil en tiempos difíciles. Gracias por ser profesional, por ser compañero, por ser familia, por ser tú. Y, sobre todo, gracias por ser pieza esencial de este proyecto que llamamos La Salle y por hacer que juntos superemos momentos complicados como el que nos está tocando vivir y celebremos la suerte de pertenecer a la gran familia lasaliana.
Te animamos a seguir dando pasos por este camino, y te acompañaremos en el recorrido, apoyándote y reconociendo la gran labor que desempeñas, sea cual sea tu papel. Para La Salle tú eres nuestro principal valor, tú eres La Salle y haces La Salle, tú nos permites crecer y con tu compromiso, confianza y entrega constantes haces posible nuestra misión: trabajar para dar, desde la educación, la mejor de las respuestas a quienes más lo necesitan en cualquier parte, siendo protagonistas en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.